A mediados del año 2016, se normalizó la violencia en redes sociales.
Twitter era un campo de batalla (no vamos a negar que X tampoco lo mejoró) pero tuvimos la idea de visibilizar el espiral de odio en que nos estábamos involucrando sin necesariamente la misión altruista de cambiar nuestra conducta, pero si de exhibir los peligros sociológicos que implica una escalada de violencia, independientes de su medio de difusión. Porque esto influía tanto online como offline.
En una ambiciosa misión, creamos una iniciativa en varias partes.
Primero, ir en busca de los tweets más odiosos del día y publicarlos en la web de la campaña, de tal forma que se vieran en un contexto diferente. A eso se sumaba el “odiómetro”, una herramientas que por medio de un complejo algoritmo medía el nivel de violencia en redes sociales identificando las palabras más agresivas del día. La idea es que toda esta data se fuese sumando de tal forma de lograr crear un informe sobre los lugares más odiosos, ciudades más agresivas, palabras más usadas etc.
Ahí nació la idea de HDP, hora de parar. El insulto más utilizado en redes sociales en ese entonces.
Hora de parar no solo logró abordar el tema de las redes sociales, sino sobre el nivel de agresividad en general.
Durante semanas la campaña generó no solo reacciones en chile sino en el exterior, pero lo más importante, el estudio de violencia en redes sociales no solo marcó en pauta sino en todo latinoamérica.